París: juegos olímpicos y economía circular en ruta al futuro
La
alcaldesa de París, Anne Hidalgo presentó recientemente un plan de 43 puntos
que pretende construir una ciudad más verde, con un sistema de transporte más
sostenible y con más espacios públicos dedicados al deporte. Más allá de que la
aspiración inmediata de sus autoridades es promover la candidatura de la ciudad
como sede de los Juegos Olímpicos 2024, a mediano y largo plazo el plan se
propone luchar contra el calentamiento, crear nuevos lugares para la innovación
y promover la recuperación de los espacios públicos, entre otros objetivos a
alcanzar.
Una
de los temas que más ha llamado la atención es que para la fecha de los juegos,
según informó la alcaldesa, se habrá eliminado la contaminación bacteriológica
en toda la cuenca del río Sena y se habrá
completado su conversión en un espacio público apto para realizar allí
las pruebas de triatlón y para que quien lo desee pueda nadar en sus aguas, lo
cual está prohibido hoy en día a causa de la contaminación que producen las
fábricas situadas en su cuenca y porque las tuberías de aguas residuales vierten
en su cauce 2,5 millones de metros cúbicos de residuos cada año.
Además
de una línea de metro que conectará el este con el oeste de la ciudad y pasará
por algunos de los escenarios previstos para las competencias deportivas, el
plan contempla también la creación de una ciclovía que unirá las principales
instalaciones olímpicas y los más atractivos sitios turísticos, así como una
ruta de 35 km por el centro de la ciudad para que peatones y ciclistas puedan
pasear por zonas verdes protegidas. Enmarcado dentro de un gran diseño de
economía circular metropolitana, la idea es crear una ruta a través de la
ciudad que sea cero residuos, organizar un evento olímpico que ayude a generar
conciencia sobre el medio ambiente y garantizar un espacio urbano que permita
una mejor salud pública.
Estas
propuestas olímpicas forman parte del proyecto París Ciudad Inteligente 2050,
el cual tiene como objetivo reducir significativamente las emisiones de gases
de efecto invernadero para ese año, mediante la construcción de varios
edificios de gran altura, capaces de producir más energía de la que consumen a
partir de diversas técnicas que se pondrán en práctica para probar su
efectividad in situ. Estos
rascacielos, cuyas estructuras se inspiran en formas naturales y son sostenibles,
ofrecerán a un tiempo servicios y espacios residenciales, comerciales y de negocio,
toda vez que concentrar funciones permitirá disminuir los desplazamientos y,
por tanto, el consumo de energía. Dentro de sus muros se utilizarán, siempre
que sea posible, procesos naturales (calefacción y refrigeración pasiva,
oxigenación, retención de agua pluvial) para crear unidades autosuficientes.
A
esos edificios se añadirán granjas urbanas de varios pisos de altura, puentes
que producen energía eólica e hidráulica, jardines comunitarios suspendidos y
numerosos espacios verdes; todo ello con
el fin de llevar a la ciudad los beneficios de la vida rural y animar a los
ciudadanos a involucrarse en el cultivo de un estilo de vida sostenible. Como cabría
esperarse, este interesante e innovador proyecto respetará la rica historia
urbana y cultural de París, al tiempo que incrementa su potencial para
construir un futuro más saludable y disminuye su impacto ambiental. Podría
afirmarse, en síntesis, que París ha resuelto ofrecer su candidatura para los
Juegos Olímpicos de 2024 como un paso más en el proceso de construir la ciudad
del futuro.
Fernando Travieso
Magaly Irady
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