Trenes verdes en el país de los molinos
Los molinos de viento son parte fundamental de la historia y la cultura holandesa, símbolo de la creatividad de su gente a la hora de ganar terreno a las aguas, procesar materias primas y fabricar un sinnúmero de productos. Y aunque es cierto que ese molino de aspas extendidas, asociado en la imaginación popular con Holanda, ha quedado esencialmente para conmemorar el pasado, el país ha seguido empeñado en usar la energía del viento para impulsar su desarrollo. Ejemplo de ello es que desde el primero de enero de 2017 todos los trenes circulan con energía eólica. En efecto, la compañía que gerencia los servicios ferroviarios en Holanda, Nederlandse Spoorwergen (NS), anunció a principios de este año que el cien por ciento de la electricidad que demandan sus operaciones está siendo generado por energía limpia obtenida del viento, lo que en términos de consumo energético representa 1.400 millones de kWh anuales, una cantidad similar a la consumida por todos los hogares de Ámsterdam.