¿Cuánto subirá el nivel de los mares?
Como ocurre con todos los efectos del cambio climático, la elevación del
nivel de los mares depende del incremento de las temperaturas
del planeta, y éste a su vez está asociado al volumen de gases de efecto invernadero enviados a la atmósfera, el cual ha
subido de forma notable durante los últimos 100 años, a consecuencia
principalmente de la quema de combustibles fósiles.
Calificados
estudios científicos, realizados mediante variadas formas de medición, muestran
que el nivel global de los mares ha subido en promedio entre 10 y 20
centímetros respecto de la altura que tenían hace un siglo. Pero tal vez lo más
relevante es el dato suministrado por un panel de científicos de la NASA en
agosto del año pasado, donde se pone de manifiesto una información que no puede
menos que alarmar: entre 1992 y 2015 el aumento promedio fue nada menos que de
7,5 centímetros, lo que quiere decir que durante ese lapso la tasa de elevación
fue de 3,2 milímetros anuales, aproximadamente el doble de la subida promedio
de los 80 años anteriores.
En opinión de los
científicos, la subida de los niveles del mar está asociada a tres factores
principales, todos inducidos por el calentamiento global. El primer factor es
la expansión termal: cuando el agua se calienta, se expande. Alrededor de la
mitad de la subida del nivel del mar de los últimos 100 años es atribuible, simplemente,
a que los océanos más calientes ocupan más espacio.
El
segundo factor es el derretimiento de los glaciares y de las capas de hielo
polares, cuyo proceso natural de derretimiento en verano y recuperación en
invierno está alterado por las altas y persistentes temperaturas que se han registrado
en las últimas décadas. El derretimiento en verano de estas grandes formaciones
de hielo es mayor y las nevadas propias del invierno se han reducido debido a
que la duración de éstos se ha acortado. Tal desbalance hace que la llegada de
agua a los océanos supere cada vez más la evaporación, haciendo subir los
niveles del mar.
El tercer factor
es el derretimiento acelerado de las enormes placas de hielo que recubren
Groenlandia y la Antártida, las cuales se quiebran y se desprenden con mayor
facilidad a causa del aumento de calor, a lo que se añade que el agua derretida
que desciende y el agua de mar que penetra por debajo generan una capa que
lubrica ese movimiento. Por
ejemplo, la tasa de derretimiento de los mantos
de hielo de Groenlandia se ha venido duplicando cada diez años en los
últimos decenios y, según la NASA, su capa superficial de hielo se redujo un
97% en apenas cuatro días de julio de 2012, el mayor deshielo en 30 años de
observaciones de esa agencia. Aunque Groenlandia suele perder el 50% del hielo
que la recubre en esa época del año, la rapidez con la que se degradó la
situación en esos días llamó la atención de los investigadores.
Ésa es justamente la mayor preocupación de los estudiosos del tema: la
incertidumbre sobre la velocidad a la que podrían crecer los océanos, entre
otras razones porque se desconoce la rapidez a la que se derretirán los
hielos polares. Las
últimas predicciones fueron hechas en 2013 por el Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, quienes estimaron que los
océanos crecerían entre 30 centímetros y un metro para fines de este siglo; sin
embargo, de acuerdo con la información más reciente de la NASA, esos
pronósticos del panel podrían estar obsoletos porque no contemplaron la fusión
del hielo terrestre.
Al respecto, Steven Nerem, ingeniero
aeroespacial de la
Universidad de Colorado dijo que los expertos ahora creen muy probable que el
aumento de nivel del mar esté en el extremo superior del rango promedio, aunque
para él, “La mayor incertidumbre para predecir el incremento marino futuro
estriba en la celeridad de la fusión de las capas de hielo polar a consecuencia
del calentamiento”.
Por ahora, se sabe que los niveles promedio están creciendo a
un ritmo mayor que en el pasado y parece inevitable que se incrementen en un metro para el año 2100,
suficiente como para inundar gran parte de las ciudades costeras, entre quienes
se cuentan ocho de las diez metrópolis más grandes del mundo.
Fernando Travieso
Magaly Irady
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