San Francisco exige paneles solares en los edificios

San Francisco es líder en Estados Unidos en la lucha contra el cambio climático y la reducción de la dependencia de combustibles fósiles. Esta gran ciudad de California, con un área metropolitana de más de 7 millones de habitantes, que incluye el famoso Silicon Valley y la Universidad de Stanford, aprobó recientemente una ordenanza que exige la instalación de paneles solares en los techos de todos los edificios, residenciales o comerciales, que se construyan en la ciudad a partir del 1 enero de 2017.

La ordenanza, aprobada por unanimidad, hace de San Francisco la primera gran ciudad de los Estados Unidos en proponer, de manera inteligente y eficiente, el aprovechamiento de los espacios subutilizados en los techos para masificar el uso de la energía solar, a fin de reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y mejorar el ambiente, lo cual ya había sido hecho por Lancaster y Sebastopol, dos pequeñas ciudades californianas que hace algún tiempo tomaron esa misma decisión. Para los casos donde no puedan instalarse los paneles solares, la norma contempla la alternativa de los techos verdes, los cuales sirven como aislantes y como hábitats de vida silvestre, además de ayudar a absorber CO2 y a manejar el exceso de aguas pluviales.

La exposición de motivos de la normativa propuesta por el alcalde Scott Wiener, hace referencia a las características geológicas, topográficas y climáticas de San Francisco, asociadas a su condición de ciudad costera localizada en la punta de una península, la cual la hace completamente vulnerable al incremento del nivel del mar causado por el calentamiento global. La ordenanza afirma que la ciudad está desde ya experimentando los efectos de un exceso de emisiones de CO2 al tiempo que el incremento de los niveles del mar amenazan la línea costera y la infraestructura, lo cual ha obligado a modificar el sistema de cloacas.

La nueva norma de la ciudad va un paso más allá de una ley del estado de California que impone que los nuevos edificios de 10 pisos o menos destinen el 15% de la superficie de las azoteas para la instalación futura de paneles solares. Con su puesta en marcha se espera que el número de paneles solares en San Francisco aumente en 50 mil y ahorrar 26,3 millones de toneladas de CO2 al año en nuevas construcciones; además se pretende  reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2017 en un 25% por debajo de los niveles de 1990, en un 40% para el 2025, y en un 80% para el 2050.

La actual posición de vanguardia de San Francisco en el tema de la sostenibilidad energética tiene raíces en variadas acciones para enfrentar el cambio climático que ha venido ejecutando desde hace tiempo, como la prohibición de venta de botellas plásticas para agua y la reducción de impuestos para los terrenos baldíos que planten huertos urbanos. Además en 2008, su alcaldía fue una de las primeras en requerir a sus departamentos llevar la cuenta de su huella de CO2 y elaborar planes anuales de acción climática que definan los pasos a seguir para mejorar el ambiente.

Esta iniciativa de una de las ciudades más avanzadas del mundo, cuna de las más resaltantes innovaciones tecnológicas y de sus aplicaciones al transporte y la infraestructura, la convierte en un ejemplo de desarrollo urbano sostenible. Demuestra además que con talento y voluntad política es posible producir soluciones para preservar el planeta y construir un mejor futuro para las generaciones venideras, al tiempo que se genera un mercado capaz de conjugar los beneficios económicos y los ambientales.
Fernando Travieso

Magaly Irady

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