Diseños para la sostenibilidad
La
construcción verde, más que imponer un estilo arquitectónico vanguardista busca
reducir al mínimo el impacto ambiental negativo de un edificio, como ha sido
demostrado ampliamente desde hace ya
algún tiempo. Para uno de sus más famosos exponentes, el arquitecto
norteamericano William McDonough, el diseño puede convertirse en una “fuerza
benéfica y regeneradora capaz de crear huellas ecológicas para el deleite y no
para lamentarse”, lo que significa que no sólo es posible minimizar los efectos negativos de las
edificaciones, sino crear elementos que por sí mismos beneficien el ambiente y
además sean rentables económicamente.
Es
lo que se conoce como “biorremediación”, una disciplina referida a la
recuperación de la degradación ambiental mediante procesos de reparación
naturales (uso de plantas, hongos y en general organismos y microorganismos
vivos) que permiten acelerar la descomposición o absorción de sustancias
tóxicas o contaminantes.
Ése
fue el criterio utilizado en el Ford Rouge Center, cuya restauración transformó
el histórico complejo fabril de la Ford Motors Co., en Detroit, Michigan, en un
modelo de sostenibilidad industrial del siglo XXI. En efecto, en 1999, la
famosa empresa automotriz necesitaba ampliar sus instalaciones toda vez que con
sus 80 años a cuestas empezaba a estar obsoleta, lo que disminuía su eficiencia
y la hacía menos productiva. Para obtener los permisos, la empresa debía
cumplir con las nuevas ordenanzas de calidad del agua de la Agencia de
Protección Ambiental (EPA) de los EE.UU, lo que significaba la limpieza del
agua de lluvia ácida de la ciudad que fluía a través de la vasta área de
superficies impermeables de los techos de la fábrica hasta el río Rouge, y
suponía para la Ford un gasto de US$ 50 millones.
Para
ello, contrataron al prestigioso arquitecto McDonough, quien desarrolló un Plan
Maestro para la renovación y expansión de las edificaciones industriales, el
cual integraba en el paisaje nuevas formas de infraestructuras para el manejo
de las aguas pluviales. Un techo verde de 40 mil metros cuadrados sobre una
planta manufacturera de más de 100 mil se convirtió en el soporte de un sistema
de jardines húmedos, pavimentos porosos, setos y biocanales que atenúan,
limpian, y transportan el agua de lluvia a través del lugar. Linealidad y
escala constituyen un paisaje donde edificios y terrenos aparecen integrados en
un apretado tejido: los setos que bordean las canales permiten la infiltración
de las aguas de lluvia, bloquean los vientos fríos del invierno y enmarcan
vistas impresionantes de los hornos de coque, yuxtaponiendo lo natural y lo
industrial y haciendo que la presencia de esas estructuras se sienta con más
intensidad en las zonas comunes del lugar.
Tal
sistema de aguas pluviales, basado en el paisaje y con un mínimo de tuberías,
fue una solución de diseño innovador que costó apenas US$15 millones, menos de
un tercio que la práctica convencional, y produjo un poderoso y aclamado modelo
de diseño sostenible: la existencia de la
cubierta vegetal ayuda a refrescar los edificios de las oficinas y la fábrica y
a la fijación de CO2, además de que al evitar la acción de los rayos UV y del
choque térmico que se produce en los días calurosos, contribuye al aumento de
la vida útil de los techos. Adicionalmente, la temperatura más o menos
constante lograda con la cubierta viviente, evita el gasto tanto en
refrigeración como en calefacción con una consecuente reducción del uso de
energía.
La restauración del Ford
Rouge Center transformó el histórico complejo de fabricación en un modelo de
sostenibilidad industrial del siglo XXI, reconocido hoy como la instalación de
techo verde más emblemática de los Estados Unidos, con numerosos premios de la
industria del diseño, los negocios y la construcción. Cuando le empresa tomó la decisión de transformar su
fábrica había menos de 50 techos de su tipo en los Estados Unidos pero hoy en
día hay más de 10 mil y la cifra sigue creciendo; su uso se ha expandido desde
inmuebles que son íconos urbanos mundiales como el Empire State hasta edificios
gubernamentales, académicos y comerciales, proliferando incluso en las muy
populares casetas de perro domésticas.
Formas innovadoras de
diseño que la búsqueda de sostenibilidad y eficiencia económica han hecho posible.
Fernando Travieso
Magaly Irady
Comentarios
Publicar un comentario