Cambio climático: el mundo contra Trump
Según informó la
Agencia Reuters, las principales naciones del mundo, encabezadas por China y La
Unión Europea, acordaron el pasado 29 de marzo la ejecución de un plan global
para enfrentar el cambio climático. La decisión fue tomada un día después de
que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, comenzara a desmontar los
planes de su antecesor, Barack Obama, destinados a reducir drásticamente las
emisiones de gases de efecto invernadero en ese país.
Aunque Trump no dijo
explícitamente que se retirará del Acuerdo de París 2015 y su foco está por
ahora colocado en el Plan de Energía Limpia de Obama, sus órdenes, dirigidas a
cumplir una de sus promesas “bandera” de campaña de impulsar la industria del
carbón, son un golpe directo al corazón de esos acuerdos, los cuales buscan
sustituir los combustibles fósiles como eje de los esfuerzos para limitar los múltiples
y cada vez más visibles efectos del cambio climático.
Más allá de la
preocupación que produce en muchos países la posición de Trump, algunos de los
más importantes reaccionaron desafiando sus anuncios, toda vez que están
plenamente conscientes de que el cambio en la inversión desde los combustibles
fósiles hacia fuentes de energía limpia, como el viento y el sol, está en plena
ejecución trayendo beneficios que van desde la disminución de la contaminación
atmosférica hasta el aumento en la creación de empleos. Por ejemplo, el
portavoz de la cancillería china Lu Kang, cuyo gobierno cooperó estrechamente
con Obama en la lucha para detener el cambio climático, instó a todos los
países del mundo “a moverse con los tiempos”, asegurando que, “Cualquiera que
sean las políticas de otros países en relación al cambio climático, China
continuará actuando como un país responsable, cuya resolución, objetivos y
políticas con respecto al cambio climático no van a cambiar”.
Otro país que
reaccionó ante la cuestionada decisión fue Alemania, cuya ministra del Ambiente,
Barbara Hendricks, afirmó que, “Dar marcha atrás en la política climática de
los Estados Unidos sólo afectaría la competitividad internacional de ese país”,
y aunque ella no hizo referencia al tema, en algunos círculos especializados se
comenta que varios países pudieran llegar incluso a establecer impuestos a las
exportaciones de ese país. La opinión de Hendricks fue secundada por el ministro
danés de Energía y Clima, Lars Lillehold, quien además considera que la
reducción de precios de las tecnologías verdes ha constituido "un impulso
significativo para la transición verde", en clara alusión a las
motivaciones económicas que, más allá de las ambientales, justifican el cambio
de modelo energético a nivel global.
En la misma línea de
pensamiento se expresó Miguel Arias Cañete, Comisionado de la Unión Europea para
el Clima, para quien los Acuerdos de París deben ser un motor para generar
empleos, oportunidades de inversión y prosperidad económica. Gran Bretaña, por
su parte, reafirmó su compromiso de abordar el cambio climático global aún sin
la participación de Estados Unidos y, la ex ministra brasileña de Medio
Ambiente, Izabella Teixeira, dijo que la decisión de Trump fue un error.
Habrá que esperar
para saber si Trump seguirá adelante con sus erradas decisiones en materia
energética, porque más allá de sus promesas de campaña y de sus propias
opiniones sobre el tema, no caben dudas de que ello significaría un terrible
desacierto que, como se evidencia cada vez más, excede las motivaciones
ambientales. Por ejemplo, ya nadie discute que las energías solar y eólicas
están reduciendo tanto sus costos que están facilitando enormemente la
sustitución de los combustibles fósiles, pero además se ha comprobado su gran
capacidad para generar empleos; incluso en Estados Unidos, la fuerza laboral en
el sector de generación de energía eléctrica alcanza hoy en día un notable 43%,
según reportó en enero pasado el Departamento de Energía de ese país.
Mientras tanto, resulta
interesante referir la opinión de Hans Schellnhuber, director del Instituto
Potsdam para Investigaciones sobre Impacto Climático, asesor del vaticano y
autoridad mundial en la materia; según él, “Los intentos de Donald Trump de
convertir a los Estados Unidos en una parque jurásico dirigido por un
dinosaurio energético van a fracasar”.
Fernando
Travieso
Magaly
Irady
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