¿Un mejor futuro trabajando menos?
Mucho se ha hablado
sobre la amenaza que representan para el mundo del empleo las innovaciones
tecnológicas asociadas al proceso de digitalización de la economía que
revolucionarán al mundo laboral en los próximos años. Sin embargo, el efecto
que generan en los puestos de trabajo los avances productivos de cada época ─mecanización, electrificación, automatización─ no es nuevo y siempre ha causado alarma.
Uno de los más impactantes
informes sobre el tema fue el que produjo recientemente la Universidad de
Oxford. Allí se estima que cerca del 50% de todos los empleos de los países
desarrollados se perderá o sufrirá transformaciones en los próximos 25 años.
Aunque nadie duda de la autoridad académica que respalda las opiniones de la
reconocida universidad, hay otras voces igualmente autorizadas que dicen que si
bien la automatización está ocurriendo y será difícil de parar en razón de los
beneficios económicos que produce, no llegará de la noche a la mañana.
Entre esas voces
resalta la del Instituto Mundial McKinsey, el think tank privado número uno del mundo, en cuyo informe de
principios de este año afirman además, y esto es tal vez lo más importante, que
“…el pleno potencial de la automatización requiere que la gente y la tecnología
trabajen mano a mano”. Según ellos, aunque exista incluso el potencial técnico
se necesitarán años para que el efecto de la automatización en las actividades
de trabajo actuales se desarrolle plenamente, lo cual se explicaría porque los
factores que determinarán el ritmo y el alcance de tal automatización implican
no solo el desarrollo continuo de capacidades tecnológicas y el costo de la
tecnología, sino también la competencia de la mano de obra, incluyendo sus
habilidades y la dinámica de la oferta y la demanda.
Por tal razón, si
bien sus escenarios sugieren que la mitad de las actividades de trabajo de hoy
podrían ser automatizadas, creen que eso podría ocurrir más bien hacia el 2055,
aunque no descartan por supuesto que el proceso pueda adelantarse o atrasarse hasta
20 años dependiendo del comportamiento de algunos de los factores, incluido el
surgimiento de otras condiciones económicas. No obstante, lejos de constituir
un problema, la transformación del mercado laboral futuro ─sobre todo por la mayor eficiencia y productividad
económica que se le atribuye─,
abre las puertas a la vieja aspiración humana de dedicar menos tiempo al
trabajo para disponer de más horas para la familia y el esparcimiento, toda vez
que una de las soluciones que se avizoran es justamente la de disminuir la
jornada laboral como vía para reducir el desempleo que pueda generarse.
Esa posibilidad
resulta sumamente atractiva, no solo por lo que significaría socialmente, sino
sobre todo porque nuevas investigaciones han encontrado que reducir la jornada
laboral y dedicar más tiempo al ocio sería una respuesta adecuada frente al calentamiento global, toda vez
que permitiría disminuir
las emisiones de CO2. En efecto, para el Centro para la Política Económica
y la Investigación, de Estados Unidos, si el modelo laboral americano –largas
jornadas de trabajo y poco descanso– se sustituye por un modelo de jornadas más
reducidas y más tiempo para el ocio y las vacaciones, los gases de efecto
invernadero disminuirán y subsecuentemente, el cambio climático podría reducirse a la mitad para 2100. Por
ejemplo, según David Rosnick, uno de los autores del estudio que data de 2013,
si los trabajadores en Estados Unidos aprovechasen su elevada productividad para reducir la semana laboral, ganarían siete semanas de vacaciones al
año pero además el país consumiría
un 20% menos de energía y emitiría un 3% menos de CO2.
Obviamente, aún
falta mucho por estudiar y ensayar para lograr un equilibrio óptimo entre
clima, empleo, desarrollo tecnológico, abundancia y tiempo libre; entre otras
razones porque es una problemática que difiere mucho entre los distintos países
y los distintos niveles de desarrollo. No obstante es un tema que merece ser
abordado porque tarde o temprano habrá que enfrentarlo.
Fernando
Travieso
Magaly
Irady
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