Comenzó el fin de la era del petróleo
El acuerdo firmado en
París el pasado sábado 12 de diciembre por los 195 países reunidos durante dos
semanas en esa capital, envía a los gobiernos y agentes económicos del mundo el
inequívoco mensaje de que se debe reemplazar la economía actual, basada en la
quema de combustibles fósiles, por otro modelo productivo que se sustente en
las energías limpias, hacia las cuales habrá que reorientar las inversiones.
Tan importante
premisa es consecuencia directa del objetivo clave a lograr: que la temperatura
media del planeta se mantenga por debajo de 2°C respecto de los niveles
preindustriales, para lo cual las emisiones de gases de efecto invernadero de
todos las naciones deben alcanzar un techo lo más pronto posible, y los países
desarrollados deberán aportar 100.000 millones de dólares anuales para que aquéllos
con menos recursos puedan adaptarse a los efectos del cambio climático al
tiempo que reducen sus emisiones.
El acuerdo, cuya vigencia se inicia en 2020,
representa un hito histórico en el acontecer mundial ya que por primera vez se toman
decisiones concertadas para enfrentar de manera global el trascendente tema de la preservación del
planeta. Un logro que significa un inmenso motivo de celebración pero sobre
todo el desafío de garantizar su cumplimiento, algo en lo que las palabras de
François Hollande, presidente de Francia y anfitrión de la cumbre, al momento
de declarar su apertura, no dejan lugar a dudas: "No serán suficientes las
buenas intenciones. Estamos al borde de un abismo". En efecto, el acuerdo
no será suficiente por sí solo para intentar mantener el aumento de la
temperatura en alrededor de 1,5°C para finales de siglo; ni siquiera alcanzan
los programas de recorte que 187 países entregaron como compromiso voluntario los
meses previos a la cumbre. Por ello se han establecido mecanismos que permitan
revisarlos cada cinco años, a fin de realizar los ajustes que garanticen y
actualicen los objetivos, incluida la adopción de las nuevas tecnologías
limpias que vayan apareciendo.
Para avanzar hacia
una economía baja en emisiones de gases de efecto invernadero resulta
indispensable aumentar los flujos financieros. Al respecto, a partir de 2020 y
hasta el 2025 —cuando se revisará la cifra a fin de evaluar su incremento—, se
creará un fondo verde destinado a apoyar a los países en vías de desarrollo, no
sólo para que enfrenten los efectos del cambio climático sino también para
apoyarlos en la adopción de tecnologías limpias y renovables que les permitan
crecer económicamente sin contaminar la atmósfera con nuevas emisiones tóxicas.
Mediante el acuerdo, los países desarrollados y aquellos otros con capacidad
para hacerlo deberán “movilizar” 100 mil millones de dólares cada año a partir
de 2020, aunque quedó pendiente definir cuánto aportará cada uno. Vale la pena
insistir en que a pesar de que esta cifra luce muy elevada, el costo de adaptar
nuestro hábitat para protegerlo de los dramáticos efectos del cambio climático
—alza del nivel de los océanos, derretimiento de los glaciares, inundaciones y
sequías, entre otros muchos— sería muy superior.
Aunque el objetivo
de sustituir los combustibles fósiles representa una aspiración compleja y de
difícil realización debido a los poderosos intereses en juego, el mensaje para
que los agentes económicos globales reorienten sus inversiones hacia las
energías limpias es claro. Así lo han hecho saber dos de las más altas
personalidades mundiales, cuyos mensajes sobre el tema son elocuentes. En
efecto, el pasado sábado, cuando se aprobó el acuerdo, John Kerry, Secretario
de Estado de Estados Unidos dijo: “Estamos mandando un mensaje clave al mercado
global”, y luego agregó que, “Movilizar la inversión es fundamental para lograr
una transición a una economía limpia”. Por su parte, Ban Ki-moon, Secretario General
de la ONU fue categórico al afirmar que, “Los mercados ya tienen una señal
clara”.
Suscribimos las
palabras de Xie Zhenhua, representante de China en la cumbre, quien afirmó: “Aunque
el acuerdo no es perfecto, eso no nos ha impedido dar un paso histórico”.
Fernando
Travieso
Magaly
Irady
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