Mejoras urbanas con y para la gente
El problema del transporte es un tema que agobia a
los planificadores urbanos, en particular en ciudades como las nuestras donde
la pobreza se manifiesta, entre otros aspectos, en el uso y ocupación de áreas desintegradas
de la ciudad formal, muchas veces en zonas con condiciones geográficas abruptas.
Un caso que se ha convertido en ícono de soluciones
ingeniosas es sin dudas el de Medellín, la ciudad colombiana
que era noticia en los años 80 y 90 del siglo pasado porque los carteles del
narcotráfico, como el de Pablo Escobar, dominaban sus calles, nutriendo sus
filas a partir de las extremas desigualdades sociales y del virtual abandono,
por parte del gobierno, de las barriadas ubicadas en las laderas de los cerros
que rodean la ciudad, donde el desempleo juvenil era especialmente elevado.
La historia de la
transformación de la ciudad envuelve importantes lecciones para muchas otras áreas
urbanas. En efecto, hace ya 11 años, Medellín fue la primera ciudad en el mundo
en implementar como medio de transporte público de tiempo completo un sistema
de teleférico llamado Metrocable, dirigido a prestar servicio a parte de la
población ubicada en sus zonas de topografía empinada. Hoy en día funcionan tres
líneas del Metrocable asociadas a sendas estaciones de metro con una extensión
total de 9.4 Km, y en el primer semestre de 2016 se incorporarán dos líneas más
asociadas a estaciones del tranvía que se puso en funcionamiento el pasado 20
de octubre y se abrirá al público el próximo noviembre.
Se trata del
Tranvía Ayacucho, considerado el servicio más moderno de América Latina —funciona con
neumáticos y por rieles—, el cual forma parte del Sistema Integrado de Transporte Masivo del Valle de
Aburrá, junto al Metro de Medellín, al Metroplús (servicio de buses que opera con corredores
exclusivos conocidos como Bus Rapid Transit BRT) y al Metrocable. Este novedoso
servicio, cuya puesta en marcha ha causado gran emoción en la población de
Medellín, abarca un recorrido de 4,3 Km. y posee 12 vagones eléctricos de 300
pasajeros cada uno, con capacidad para transportar hasta 90 mil personas/día.
La zona por donde circula ese atractivo tranvía se ha restringido totalmente a
peatones y bicicletas, para quienes se ha diseñado una llamativa campaña de
educación vial dirigida a garantizar la seguridad de quienes circulan por el
entorno compartiendo el espacio con los vagones.
Pero más allá de las
importantes intervenciones urbanas comentadas, vale destacar tres aspectos que
han estado presentes sin los cuales probablemente no hubiera sido posible ni el
cumplimiento de los objetivos ni su continuidad en el tiempo. Nos referimos,
por una parte, a la convicción de sus ejecutores acerca de la importancia de construir ciudad con quienes la habitan, en
razón de lo cual hicieron suya la apuesta llamada placemaking, acuñada por el grupo de trabajo Project for
Publics Spaces, que hace alusión directa a la importancia de incluir en el
diseño, construcción y cuidado de cualquier infraestructura o intervención en un
espacio, la visión de quienes lo habitan, como una forma de estimular que la
ciudadanía haga suyos los proyectos públicos.
Otro elemento de la mayor importancia para el éxito de estos
sistemas, tiene que ver con la noción de que la infraestructura de transporte
debe ser vista, en la medida de lo posible y en especial cuando atienden a la
población de bajos recursos, como una oportunidad para generar espacios de
encuentro y esparcimiento que aporten cohesión al tejido social y faciliten la
integración; como una posibilidad para que la gente se apropie de los espacios
públicos con un sinnúmero de actividades culturales y recreativas que son un
antídoto contra la violencia.
Por último, pero no menos importante en el proceso de transformación
que ha vivido Medellín en los últimos años, está la continuidad en el tiempo de
unas acciones municipales orientadas por la convicción de que tratar a las
personas con dignidad hace que valoricen su hábitat y se sientan orgullosos de
sus comunidades. Hoy Medellín es un mejor lugar para vivir porque ha habido una
voluntad clara y férrea de sus autoridades para que así sea.
Fernando Travieso
Magaly Irady
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