Lo que hay que saber sobre el cambio climático
El New York Times publicó en su sección de
Ambiente un largo documento titulado "Respuestas Concretas a Preguntas
Difíciles sobre el Cambio Climático", escrito por el periodista Justin Gillis y dirigido a
despejar dudas sobre el tema. Lo que sigue es una síntesis de los aspectos que creemos
esenciales.
Hacer referencia al cambio climático remite de
forma directa al calentamiento global porque el aumento de las temperaturas es
considerado uno de los principales indicadores de la amenaza. El dato del que
se dispone muestra que entre el año 1880 ―cuando los registros comenzaron a
llevarse en una escala global― y octubre de 2015, el planeta Tierra, incluyendo
la superficie de los océanos, se había calentado aproximadamente 1,7 grados
centígrados, lo cual ocurrió en mayor medida en el Ártico y partes de la
Antártida. La cantidad puede parecer baja pero promediándola con la superficie
del planeta, es realmente alta, lo que explica el porqué las superficies heladas se
están derritiendo, provocando a su vez el aumento del nivel de los océanos.
Prácticamente todo el calentamiento acaecido
desde 1950 ha sido causado por la liberación de gases de efecto invernadero
provenientes de la actividad humana y se sabe que el calor acumulado en la
Tierra hasta ahora, es aproximadamente equivalente al que producirían 400.000
bombas atómicas iguales a las de Hiroshima explotando cada día. El tema reviste
una gravedad tal que se estima que de continuar incrementándose, el
calentamiento excedería los 5°C, lo cual transformaría al planeta haciendo
insostenible la vida humana.
Los científicos creen muy posible que en los
próximos 25 a 30 años el clima sea similar al de hoy porque el calentamiento es
gradual, pero las emisiones que generan esos riesgos están produciéndose ahora.
Tal vez en las próximas décadas las lluvias sean mayores en muchas partes del
mundo, aunque los períodos entre lluvias podrían ser más calientes y por tanto
más secos; el número de huracanes y tifones puede incluso bajar pero los que
ocurran extraerán energía de una superficie oceánica más caliente, lo que los
hará más intensos y con capacidad de producir inundaciones más dañinas.
No obstante, si las emisiones continúan
aumentando los riesgos en el largo plazo serán inmensos. Se temen efectos
climáticos tan severos que podrían desestabilizar gobiernos, producir olas de
refugiados, precipitar la sexta extinción masiva de plantas y animales de la
historia de la Tierra, y derretir las capas de hielo polares, causando un alza
en el nivel de los mares suficiente como para inundar la mayoría de las
ciudades costeras del mundo. De hecho, un estudio reciente determinó que
quemando todas las reservas de combustibles fósiles que existen bajo tierra se
derretirían por completo los casquetes polares, elevando casi 5 metros el nivel
actual de los mares por un tiempo indeterminado. Incluso se piensa que aun
haciendo mayores esfuerzos por limitar las emisiones ya es demasiado tarde para
eliminar completamente los riesgos.
Si bien es cierto que todo esto podría tomar
cientos de años en desarrollarse permitiendo que la civilización se ajuste, los
expertos no descartan que puedan ocurrir cambios abruptos ―como el colapso de
la agricultura o un aumento inesperado de la tasa de crecimiento del nivel de
los mares― capaces de generar un caos en menor tiempo. Claro, cada vez más
gobiernos, empresas e investigaciones se dedican al problema y no se puede
dejar de lado que las innovaciones tecnológicas son capaces de disminuir la
amenaza, pero incluso personas como Bill Gates creen que las inversiones
realizadas no se acercan siquiera al nivel recomendado para esperar avances determinantes.
A nuestro juicio, el dato esencial es que nada
cambiará sin transformar la matriz energética actual y para que ello ocurra,
los ciudadanos tendrán que ejercer su derecho a exigir a los gobiernos
políticas estrictas que fuercen los cambios, porque los políticos tiene
dificultades para pensar en el largo plazo.
Fernando Travieso
Magaly Irady
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